El efecto de priming supone que mediante estímulos subliminales se pueden
activar conceptos en tu mente de los que tú no eres consciente. Este efecto
junto con el condicionamiento son los efectos que se pueden conseguir mediante
estímulos subliminales pero también mediante estímulos supraliminales.
Debido a que nos nos quedaba muy claro este concepto y como se podía llevar
a cabo su aplicación, hemos decidido buscar experimentos en los que se haya
recurrido al priming. Y estos han sido los que hemos encontrado:
¿Supone alguna diferencia sujetar una taza de café, fría o caliente a
alguien?
La respuesta es sin duda que sí, ya que una taza de café dependiendo de la
temperatura a la que esté hace que cambie nuestra percepción de la
persona.
En la Universidad de Yale se ha realizado un estudio donde se relacionó la
percepción de los extraños y una taza de café. A los voluntarios en el
experimento simplemente los introdujeron en una habitación donde estaba una
persona totalmente desconocida que sostenía en ambas manos un libro, un
periódico y una taza de café frío o caliente. El asistente del experimento pidió
a los voluntarios que le sostuvieran la taza de café.
Posteriormente los voluntarios leyeron el perfil de una persona y debían
valorar sus características. Asombrosamente, aunque el perfil era idéntico para
todos los voluntarios, aquellos que sostuvieron la taza de café caliente
afirmaban que la persona era más cálida y abierta mientras que los que
sostuvieron la taza de café frío afirmaban que la persona del perfil era más
gélida, egoísta y competitiva.
¿Y el olor a limpieza influye a la hora de ingerir alimentos?
En la Universidad de Utrecht, Alemania, se le pidió a un grupo de cincuenta
voluntarios que se acomodasen en una habitación para llenar un cuestionario.
Oculto a sus miradas se encontraba un cubo de agua con algunas gotas de
detergente que emanaban un aroma perceptible, pero muy sutil.
Una vez que las personas terminaron su tarea, se les ofreció comida.
Curiosamente aquellos que habían estado inmersos en la habitación perfumada con
olor a detergente tardaban tres veces más en ingerir la comida, que los que
habían realizado el cuestionario en una estancia sin ningún olor. Así, la
activación inconsciente del concepto de limpieza nos haría más reacios a comer,
sobre todo aquellos alimentos que no son altamente saludables para el
organismo.
¿Y tiene algo que ver la luz con el racismo?
En la British Columbia University el experimento se llevó a cabo a partir
de la manipulación de las luces. Los voluntarios eran personas de color de piel
blanca tolerantes, sin el "aparente" menor asomo de racismo. Las
personas debían permanecer cierto tiempo en una habitación, algunas sumidas en
la oscuridad, otras con la luz encendida.
Posteriormente les mostraron fotos de personas de piel negra. Aquellos que
habían estado en la habitación a oscuras consideraron que los rostros que veían
eran más peligrosos y manifestaron ciertas tendencias racistas en comparación
con las personas que se mantuvieron en la habitación con la luz encendida. Así,
el simple hecho de variar la luz, activó sus estereotipos más ocultos.
Todo esto deja ver la relación que existe entre lo consciente y lo
subconsciente y como mediante ciertos estímulos podemos alterar nuestra
percepción.